martes, 15 de marzo de 2016

Del "¡Queremos preguntar!" a las preguntas consensuadas



Argentina parece ser un país en el que no existen los puntos medios. Pasamos de aumentar un 60% el empleo público, a despedir más de cien mil trabajadores del mismo sector. De entregar cifras exorbitantes en concepto de pauta oficial a ciertas empresas multimedia afines al kirchnerismo a quitárselas por completo y, por supuesto, pasamos de no poder realizarle entrevistas a la ex presidenta Cristina Kirchner, a dialogar con restricciones con el actual mandatario Mauricio Macri. Esa fue, al menos, la sensación que dejó ayer la entrevista de Luis Majul al Jefe de Estado: Una pantomima con algunos rasgos de periodismo independiente.


A buena hora Mauricio Macri volvió a conceder una entrevista para la televisión. Se trató de un mano a mano que le realizó el periodista ¿militante? Luis Majul (Recordemos que el experimentado trabajador de prensa fue acusado de cobrar pautas del gobierno de la ciudad) dividido en 3 partes donde se le realizó todo tipo de preguntas: Algunas de protocolo, otras que lo favorecían, y algunas otras que lo comprometían.

En un diálogo que duró algo más de 30 minutos y en donde se lo vio tranquilo al responder a nuestro presidente, no abundaron las repreguntas. Poniendo la lupa un poco más profundo, podemos llegar a la conclusión de que este hecho fue una de las exigencias del Presidente para acceder a la entrevista. 

Se habló del aumento de precio y de las empresas, se habló de los despidos, se habló de los aumentos en las tarifas de luz y se habló del pago a los fondos buitres. Incluso se le pidió a Macri que refute el dicho que dice que el PRO gobierna para los ricos. Sin embargo, en la mayoría de ellas se le atribuyó el origen del problema a "la pesada herencia" y no se le volvió a preguntar, casi para tratar de no dejar en apuros al Presidente.


Si bien es una realidad, al menos en lo personal, que la herencia es pesada y que ciertas medidas "antipopulares" debían imperiosamente ser llevadas a cabo, creo que el "gradualismo" del que hablan los funcionarios de cambiemos no es tal y pasamos de un extremo a otro apuntando, principalmente, a mejorar los índices inflacionarios. Es decir, llevar a un número aceptable la situación inflacionaria y de precios en Argentina en el corto plazo, contrariamente a la "Argentina para el futuro" del que se hace eco el gobierno de turno.

Si se me permite unas líneas para opinar sobre los 100 días de gobierno que lleva Cambiemos, creo que han pasado cosas positivas en el sentido de poner a la Argentina en el siglo XXI. Han resistido con bastante éxito los ataques desestabilizadores de los medios afines al gobierno anterior, (que si bien a veces informan, otras veces aportan una mirada sesgada y parcial sobre lo que pasa en el país) y han demostrado una voluntad de hacer bien las cosas. ¡Pero basta con la herencia K! Este gobierno ha optado por ser neutral y tibio a la hora de mostrar que fue lo que dejó el anterior gobierno en materia institucional y ahora no debe ni puede pretender culparlo de todos los males si en su momento no se nos pusieron al tanto de que pasó durante los doce años de gobierno kirchnerista.

Retomando la relación Gobierno-Prensa, el hecho de haber podido escuchar al presidente en una entrevista mano a mano siempre va a significar un paso adelante teniendo en cuenta que antes nadie nos rendía cuentas acerca de que era lo que pasaba. Por otro lado, sería interesante lograr encontrar el punto medio entre el famoso "¡Queremos preguntar!" de los periodistas contra Cristina y el "Acepto una entrevista con X Periodista con X condiciones". Salir de ese Blanco o Negro que da origen al nombre de nuestro programa de radio y a este Blog en una suerte de ironía y conseguir algunos grises o, al menos, congeniar tanto con un lado como con el otro.

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