miércoles, 9 de marzo de 2016

Nota de opinión III / Políticos For Export


Bienvenidos al siglo XXI y a la era digital nos diría nuestro Ministro de Comunicaciones Oscar Aguad. Pero la realidad es que ya hace tiempo respiramos globalización, interconexión y un seguimiento minuto a minuto de cualquier aspecto de la vida cotidiana del máximo don nadie de este planeta. ¿En qué aspecto alteró esto a la política y a sus protagonistas?


 Para empezar, es interesante remarcar las nuevas maneras de informar. Por nombrar algunas tenemos a Tuiter, Facebook, los blogs personales y de una manera más iconográfica, Instagram. En todas ellas, la política ha ido cavando lentamente en los tejidos más profundos y convirtiéndose en la manera más fiel de validar cualquier comentario, sea verdadero o no.

Este último punto nos lleva a analizar los pros y contras de este viejo nuevo fenómeno. La instantaneidad y masividad de los contenidos es sin duda uno de los puntos más sobresalientes y positivos. Sin embargo, este aspecto es también la generadora del mayor de los problemas que tiene la plataforma: Basto contenido de información con procedencia dudosa, en la cual resulta casi una odisea chequear las fuentes y por consiguiente, su veracidad.

De esta manera, el micromundo de las redes sociales se convirtió en una accesible y poderosa arma para cualquier ciudadano con acceso a internet, y los políticos no están exentos de las bondades y problemas que nos brinda la red.

La era digital y multimedia, en el mundo de la política, acentuó un fenómeno  que fundó Carlos M*nem en los 90's. La creación de una imagen mediática que derrocha carisma y elegancia pero a la vez humildad y cercanía. Una imagen en el que el sentido del humor y por momentos el ridículo, son más importantes que propuestas o ideología.

Si un personaje de la política no está online, no existe. Su popularidad está medida por el número de seguidores o por el rating que produce. Los políticos se convirtieron en mercancía para los partidos políticos y no al revés como solía ser. Basta con ver al radicalismo, el partido GEN y la Coalición Cívica peleándose por un Martín Lousteau que acababa de obtener 49% de los votos en las elecciones de CABA en 2015.

La estrategia consiste en crear un relato, ordenar la agenda mediática y desfilar por la mayor cantidad de programas, diarios y revistas posibles para repetir el discurso hasta el hartazgo y penetrar en el inconsciente colectivo de la gente. Resulta una ciencia el qué decir y cómo decirlo y en este sentido, cobra una esencial importa el asesor de imagen a los que recurren los funcionarios. Ejemplos hay muchos: Duran Barba con Macri, Sergio Bendixen con Massa, Dick Morris con De la Rúa o Duda Mendonca con el riojano más famoso. Todos con un objetivo claro y marcado el cuál los invitamos a investigar por ustedes mismos para comprobar que todos se ciñen a una o dos ideas y dicen lo que el pueblo quiere escuchar sin profundizar demasiado.

Para finalizar y a modo de conclusión, hay que resaltar la importancia de la publicidad en un mundo globalizado que por momentos logra transformar todo en un producto que se vende y se exporta. Queda en nosotros tener la capacidad de correr el velo de lo aparente para poder aprovechar al máximo la capacidad de comunicación e información de las redes sociales y así filtrar y apartar aquello que intoxica esa increíble fuente de recursos.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario